Extrañamente recibí una llamada de la novia de
Kastronovo y acudí una tarde a la cita que me había impuesto.
Siempre vi en ella a alguien tierna, en la
cual se puede contar y realmente generosa…o quizás sólo era su modesto hogar, o
la educación que parecía le daban sus padres, lo que me provocaba ese
pensamiento.
Me ofreció una limonada y platicamos de tonterías
que no venían caso. Su actitud me resultó extraña desde el momento de su
llamada, sus padres trabajaban a esas horas así que estábamos solos y creí que
debía ser un tema delicado. Me percaté que de su mano cayó un osito menor a unos
10cm por el cual se inclinó a levantarlo sin darme tiempo a hacerlo primero; la
falda de encaje negro, tan pequeña que llevaba, revoloteó permitiéndome
contemplar sus bien formados glúteos…Se percató de mi mirada llena de lascivia
y pareció no importarle. La situación comenzaba a parecerme desesperante así
que forcé las respuestas.
-¿Para qué me has llamado?
Su mirada lucía sonrojada…era extraña. Yo no
había convivido con ella mucho ya que realmente no era del tipo de personas con
las que me gustaría tratar mas sin embargo no les corto el habla por tal
motivo…
-Escucha…este… ¿recuerdas cundo te conocí?
-Si quieres sinceridad… ¡No, no lo recuerdo!
Usualmente me causa disgusto cuando la gente
le da vueltas a un tema y eso me parecía que ella hacía, así que tomé mi abrigo
y avanzando le dije:
-Si no tienes nada que decirme me marcho…
Corrió a detenerme sujetándome por el pecho…
- ¡NO! Escucha… desde que te conocí
despertaste en mí una sensación de deseo y pasión, ahora quiero, antes de
casarme, saber si la decisión que tomó es correcta o… eres tú con quien debo
estar.
Su comentario me dejó estupefacto… ¿Cómo iba
ella a quererme si jamás nos dijimos mas de un “Hola”?
- ¿Qué estupideces dices…? Déjame salir.
- ¡NO!
Me gritó al tiempo que me arrojó sorpresivamente
al sofá… Estaba desconcertado; la vi trepar de manera veloz sobre mi cuerpo.
Sus manos las llevó a hacia mi rostro. La sujeté para detenerla, y furioso le
interrogué.
-¿Qué no lo amas?
-Tal parece que amo más a Néstor…
-¡¡Ni madres!!
Le dije, y al primer intento por incorporarme,
me envistió con un salvaje y desesperado beso, acto seguido llevó mi mano a su
trasero… **¡¡MALDICIÓN, MALDICIÓN!!**
Me repetía en la mente al momento en que mis
ojos divisaron aquella figura tan deseada por ellos, bajo el dintel de la
puerta. *-Kastronovo* Pronuncié su nombre con un fino hilo de voz, seguidamente
sentí un fuerte golpe envestir mi quijada, proveniente de su puño. Al entornar
mareadamente la vista hacía él, Dark y Jimmy le sujetaban.
-¡¡¡MALDITO PERRO, ERES UN HIJO DE PUTA, ¿Y
ASÍ TE DECÍAS MI AMIGO?¡¡¡ BIEN SABÍA QUE ERAS TU QUIEN SE REVOLCABA CON ESA
PERRA!!!
No sabía como explicarle; y aunque lo hiciera
se encontraba demasiado alterado y era seguro que no aceptaría ninguna
explicación. Ella se encontraba en silencio, pero de pronto se lanzó llorando a
sus brazos pidiendo ser disculpada. Recibiendo un rechazo rotundo que desembocó
en la salida furiosa de Kastronovo. Era tan lamentable aquella escena. Dark y
Jimmy salieron tras él; Corrí para alcanzarles, sin embargo, el auto ya había
partido. Escuché una risa a mis espaldas… y ahí estaba ella.
-¡¡Susan!!
-Jajajajaja… ¡¡Te dije que me vengaría y eso
es lo que buscas cuando te metes conmigo
imbécil!!
-¡¡¡Maldita infeliz…!!! Tu tramaste todo
esto…!!!
-Y aun no acabo…ya que sufrirás como nunca
antes, “Trágico Ballet” sabrá lo que es el fracaso… jajaja
Sus palabras no me intimidaron en lo absoluto,
en ese momento sólo existía un problema que recababa toda mi atención. Caminé
sin rumbo fijo con una sola incógnita.
-¿Cómo lo reparo?...
Continúa en Trágico Ballet VIII
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