domingo, 6 de abril de 2014

Trágico Ballet…III



- ¿A qué se debe tu visita, Néstor? – Interrogó la puta en la entrada de su casa.

- A lo mismo que la última vez, con la diferencia de que ésta es definitiva.

- Si lo dices por Jimmy… es él quien no me quiere dejar y es con él con quien deberías de hablar.

- La verdad, por una vez en tu vida, se a decidido a asomar por tu boca pero en realidad es por el rostro de Jimmy por lo que vengo, y por otras tantas agresiones de las que él no se a atrevido a comentar.

- ¿Has venido porque él no es lo suficientemente hombre para detenerme…?

- No, he venido para decirte que “¡¡Te partiré la madre si vuelves a tocarlo!!”  - Ella me levantó la mano como una fiera por mis palabras pero frustre el intento.  - Nunca nadie me ha golpeado y jamás permitiría que tú fueses la primera.

Se sacudió violentamente logrando zafarse de mí, yo no tenía más que decir, así que me di la vuelta mientras escuchaba su despedida.

- ¡Esta humillación me la cobro! ¿Me escuchas? ¡¡¡ME LA COBRO!!!

Sin voltear le dediqué una seña obscena y seguí caminando…Tal vez hice mal en meterme en la vida de mi amigo, pero se que me comprenderías si conocieras lo tierno, tímido y buena persona que es; tanto que te da coraje que lleguen vividoras como esa a enamorarle el corazón, pero supongo que debió verle algo aparte de sus bien definidas curvas y su cabellera larga que compite en color con el ébano. No terminé de descifrar ese misterio cuando mi mirada le aviso a mi corazón de la presencia de lo deseable…sí, era Kastronovo, platicaba con algún conocido, no se había percatado de mi presencia así que sólo me quedé allí, bajo los rallos del sol que caían tibios a esa hora de la mañana, que le daban brillo a su cabello negro y me permitían apreciar perfectamente su sonrisa, pude haber llegado, pero recordé que por la noche nos quedamos de ver.

El tiempo era terriblemente cruel al avanzar tan lento, pero me tuvo piedad y llegó la hora. Allí estábamos todos, bebiendo y albureando a lo descarado, y yo sin perderle de vista hasta que Dark Poet se lo llevó al baño; cuando salió; lucía un vestido negro increíblemente femenino o quizás, él lo hacía lucir de tal manera, tomó una botella y usándola de micrófono comenzó a entonar una canción dónde la sensualidad se convertía en su ciega esclava. Como ansíe poseerlo en ese instante.
Despiadado, se viró hacia mí y me dedicó hasta el último de sus movimientos. Deseé estar muerto para evadir ese mar de sensaciones. Me hallaba sentado en el piso con la espalda contra la pared, cuando sentí el fin, no me podía resistir al instante en que levantó su vestido y lentamente, a horcajadas, se sentó en mis piernas mientras se acariciaba los labios… Mi mente enloqueció, mis oídos se cerraron a ese escándalo que tenían los chicos por el show. Entonces pasó… sólo escuchaba su voz, lo tomé de los brazos y él se aproximó a mí cerrando los ojos y balbuceo dos palabras pausadamente:

–Me… -Yo codiciaba llegar a sus labios y él parecía tan dispuesto; cuando escuché la segunda palabra: – ¡Ca... so…!

Detuve mi trayectoria estrepitosamente, él la siguió. Realmente no se dirigía a mi boca si no a decirme eso al oído. Como si hubiese fallecido con ese golpe, dejé resbalar mis manos por sus brazos, hacía el suelo, liberándolo de mi yugo…Se puso de pie para gritárselo a los demás y así seguir la fiesta. Esa era la razón por la cual nos mandó llamar. Mi rostro cambio de sorpresa a enojo y azotando una botella contra la pared exclamé con furia. -¡¡Maldita perra Suerte!!

Me salí del local respirando exaltadamente y conteniendo al límite mis lágrimas que, al no permitirles la salida parecían inundar mi interior mandando al infierno mis ganas de vivir. De pronto sentí sus manos en mi pecho y en mi espalda, mientras Dark y Jimmy observaban sorprendidos.

-¿Néstor que te pasa?

Mi pensamiento le reprochaba silenciosamente: “¿Y todavía me lo preguntas? ¿Qué no te das cuenta que asesinaría al Diablo por ti, imbécil? ¡Date cuenta que eres mi único dueño! ¡Observa el esfuerzo que estoy haciendo para no llorar delante de ti!… ¿Qué no te das cuenta que te amo?”

Pero mi boca le dio otra versión:  

- Disculpa… es que… Olvidé entregar un trabajo importantísimo, así que mejor me voy.

- Güey no te vayas, hoy es un gran día para mí y quiero festejar con ustedes.

- ¡¡… Es que…!!

- ¡Nada! deja todo para luego, hoy debes de acompañarnos.

Su insistencia fue persuasiva y accedí con la condición de continuar el festejo en mi casa, de esa manera podría perderme en alguna habitación a tratar de consumir ésta agonía. Habían invitado a otras personas así que éramos alrededor de 20, todo parecía la representación de la diversión y la alegría....

Dark se retiró temprano ya que tenía compromisos en su casa y esos nunca solía ignorarlos o dejarlos para otra ocasión. Así, uno a uno se fueron marchando al irse consumiendo la noche, Jimmy se quedó en mi casa. A través de la tenue luz que iluminaba el desastre después de una velada como ésta, me dirigí agotado a mi alcoba y al abrir la puerta, la claridad que entraba detrás de mí ilumino mi cama… y en ella… a Kastronovo.





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