Cuando acordé ya no lo había visto en la reunión y pensé que
quizá se había marchado olvidando despedirse de mí, sin embargo, dormía profundamente
en mi cama; Avancé unos pasos tras cerrar la puerta y la alcoba oscureció
eliminando toda visibilidad. No quería perturbarle con la luz de una lámpara
así que encendí una vela, la coloqué en una esquina de manera que todo tomara
una tenue forma; me senté en un pequeño sofá situado frente a la cama, subiendo
mis pies abracé mis rodillas y lo contemplé con una mirada asaltada por un
millar de visiones repetitivas del momento en que me decía de su matrimonio.
quizá se había marchado olvidando despedirse de mí, sin embargo, dormía profundamente
en mi cama; Avancé unos pasos tras cerrar la puerta y la alcoba oscureció
eliminando toda visibilidad. No quería perturbarle con la luz de una lámpara
así que encendí una vela, la coloqué en una esquina de manera que todo tomara
una tenue forma; me senté en un pequeño sofá situado frente a la cama, subiendo
mis pies abracé mis rodillas y lo contemplé con una mirada asaltada por un
millar de visiones repetitivas del momento en que me decía de su matrimonio.
La relación con su novia era a mis ojos extremadamente
sencilla, por ese motivo jamás pensé que llegarían a una decisión de esa
magnitud. Yo trataba de enamorarle demostrando lo mejor de mí, pero el tonto no
lo notaba, ni tampoco que sólo a él le brindaba la más agradable de mis
sonrisas. Fugitivas mis lágrimas huían de mis ojos dejando un sendero húmedo en
mis mejillas, me apresuré a secarlas puesto que nublaban su imagen. Noté como
se acurrucaba entre sus brazos, pues la noche era fría, y sin dudarlo fui por
el cobertor mas cálido que tenía y le arropé lo mejor posible. Se relajó
acomodándose delicadamente en la cama, en tanto que yo… ya no resistía. Decidí
arremeter contra su boca todos mis deseos, mi frustración, mi tristeza y lágrimas…
acaricié su mano suavemente, y con ternura por sobre la prenda cálida, cada
parte de su cuerpo. Su sabor ligero a licor me dijo que no despertaría tan
fácilmente. ¡Solo era un beso! yo lo había soñado ya por bastante tiempo… podía
tomarlo allí, tan fácil, tan espontáneo, tan tierno… pero... ¿Sería eso lo
correcto?
sencilla, por ese motivo jamás pensé que llegarían a una decisión de esa
magnitud. Yo trataba de enamorarle demostrando lo mejor de mí, pero el tonto no
lo notaba, ni tampoco que sólo a él le brindaba la más agradable de mis
sonrisas. Fugitivas mis lágrimas huían de mis ojos dejando un sendero húmedo en
mis mejillas, me apresuré a secarlas puesto que nublaban su imagen. Noté como
se acurrucaba entre sus brazos, pues la noche era fría, y sin dudarlo fui por
el cobertor mas cálido que tenía y le arropé lo mejor posible. Se relajó
acomodándose delicadamente en la cama, en tanto que yo… ya no resistía. Decidí
arremeter contra su boca todos mis deseos, mi frustración, mi tristeza y lágrimas…
acaricié su mano suavemente, y con ternura por sobre la prenda cálida, cada
parte de su cuerpo. Su sabor ligero a licor me dijo que no despertaría tan
fácilmente. ¡Solo era un beso! yo lo había soñado ya por bastante tiempo… podía
tomarlo allí, tan fácil, tan espontáneo, tan tierno… pero... ¿Sería eso lo
correcto?
Mientras la pasión inundaba mi lívido, me cuestionaba en lo
correcto e incorrecto de la situación y maldije mis valores porque impedían lo
tocase y alababa mis instintos que resultaron ser más fuertes. Trepé a
horcajadas sobre sus piernas, introduje mis manos bajo su camisa de terciopelo
negro y deleité a mis ojos con el panorama. Pasados unos minutos; y después de
acabarme las caricias en su boca… Sentí como sus brazos me aprisionaban al
tiempo que me correspondía con todo un cortejo de sus labios hacía los míos, de
la manera más deseable que jamás pensé él fuera capaz de poseer o ¿era quizás
así de grande mi amor y ansias por él? pálido por la sorpresa retomé pronto el
sentido sintiendo el vibrar de mi cuerpo, lo acaricie desesperado mientras me
prendía con sus piernas y mordía apasionadamente mi cuello, sus manos
entrelazaban sus dedos en mi cabello.
correcto e incorrecto de la situación y maldije mis valores porque impedían lo
tocase y alababa mis instintos que resultaron ser más fuertes. Trepé a
horcajadas sobre sus piernas, introduje mis manos bajo su camisa de terciopelo
negro y deleité a mis ojos con el panorama. Pasados unos minutos; y después de
acabarme las caricias en su boca… Sentí como sus brazos me aprisionaban al
tiempo que me correspondía con todo un cortejo de sus labios hacía los míos, de
la manera más deseable que jamás pensé él fuera capaz de poseer o ¿era quizás
así de grande mi amor y ansias por él? pálido por la sorpresa retomé pronto el
sentido sintiendo el vibrar de mi cuerpo, lo acaricie desesperado mientras me
prendía con sus piernas y mordía apasionadamente mi cuello, sus manos
entrelazaban sus dedos en mi cabello.
Por fin estaba allí, en mi cama, deseándome, pidiendo le
tomará, con el mismo desequilibrio y yo, sin duda se lo cumpliría.
tomará, con el mismo desequilibrio y yo, sin duda se lo cumpliría.
Cada movimiento sensual y despiadado me provocaba impulsos
de instintos sexuales desequilibrados, momentos después, parecía que había
llegado a su límite gimiendo sólo suplicas al placer; comencé a despojarle de
su ropa y las cadenas que usaba como decoración de su imagen andrógina y
oscura, le desabotoné su pantalón mientras lo veía recorrer con sus frágiles
dedos su cabello, su rostro, su cuerpo, hasta llegar sus manos a las mías que comenzarían
en cualquier momento a bajar esa prenda que mantenía bien cubierta la entrada a
todos mis deseos pero… todo en un segundo se derrumbó, él lo destruyó con sólo
una frase. Mencionó perdido en la excitación total el nombre que me hace
perezca en los celos, lo vi y me di cuenta que todo el tiempo había estado
dormido, sumido en un sueño insano… y la llamó a ella, el idiota alucinaba
estar teniendo sexo con su prometida, y yo de imbécil.
de instintos sexuales desequilibrados, momentos después, parecía que había
llegado a su límite gimiendo sólo suplicas al placer; comencé a despojarle de
su ropa y las cadenas que usaba como decoración de su imagen andrógina y
oscura, le desabotoné su pantalón mientras lo veía recorrer con sus frágiles
dedos su cabello, su rostro, su cuerpo, hasta llegar sus manos a las mías que comenzarían
en cualquier momento a bajar esa prenda que mantenía bien cubierta la entrada a
todos mis deseos pero… todo en un segundo se derrumbó, él lo destruyó con sólo
una frase. Mencionó perdido en la excitación total el nombre que me hace
perezca en los celos, lo vi y me di cuenta que todo el tiempo había estado
dormido, sumido en un sueño insano… y la llamó a ella, el idiota alucinaba
estar teniendo sexo con su prometida, y yo de imbécil.
Tiraba de mis manos compulsivamente para que continuara
hasta llevarle al orgasmo…
hasta llevarle al orgasmo…
-¡¡Hazlo tú solo!!
Le grité aventando sus fogosas manos… me quité rápidamente
de encima, tomé mi gabardina y salí del departamento sin voltear la mirada,
increíblemente lastimado y celoso de las pasiones que ella le despertaba.
de encima, tomé mi gabardina y salí del departamento sin voltear la mirada,
increíblemente lastimado y celoso de las pasiones que ella le despertaba.
Esa noche vagué sin rumbo fijo y con mi mente entre un
recuerdo y otro… él se casaría y quizá yo me quedaría como alguien que amo y
nada mas, no, no lo permitiría yo no sucumbiría, yo había apostado todo por ese
hombre y postré mi corazón a su servicio, aunque me diga mil veces “No”… le
gritaré mil veces éste amor, haré que se de cuenta de toda mi entrega y le presentaré,
compartiéndole mi vida, lo que es felicidad….
recuerdo y otro… él se casaría y quizá yo me quedaría como alguien que amo y
nada mas, no, no lo permitiría yo no sucumbiría, yo había apostado todo por ese
hombre y postré mi corazón a su servicio, aunque me diga mil veces “No”… le
gritaré mil veces éste amor, haré que se de cuenta de toda mi entrega y le presentaré,
compartiéndole mi vida, lo que es felicidad….
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