Ese día
por la noche me dirigí a Volcolak (se trata de un clan al que
pertenecemos los trágicos esta formado por pocos miembros pero llevamos tiempo
de conocernos y siempre podíamos contar con ellos) las ilusiones de Volcolak
siempre a sido llegar a ser una gran cofradía pero yo temía por eso puesto que
cuando el grupo crece te es casi imposible entablar correctamente un lazo de
fraternidad entre los miembros.
Cuando llegué había sólo un par de
camaradas…uno de ellos se me acercó y comenzamos a platicar del porque mi
semblante depresivo, y me dijo:
-Hermano…tal vez hago mal pero tu imagen esta
limpia ante Kastonovo.
Hice un gesto de indiferencia e interrogante…
-¿Por qué lo dices? Explícate.
-Él también vino al medio día, cosa que nos
sorprendió a todos los que nos encontrábamos en ese momento, puesto que sólo se
dejaba ver acá de noche… Pero ese no es el punto, la sorpresa sin duda la llevo
su novia, quien se besuqueaba con un pendejo que ahora consideramos un traidor
al clan.
-¡¡ ¿Cómo?¡¡
-Todos los presente le abrimos los ojos y
comentamos de tantas otras ocasiones que ella lo hizo con otros hombres…fue
doloroso para él y para nosotros pero…
No terminé de escucharle y salí corriendo en
busca de Kastronovo… Estaba seguro de que se encontraría destrozado.
Debía de sentirse usado, la burla de todos. Y
yo sentía la necesidad de estar a su lado así que lo busqué en los lugares que
solíamos visitar e incluso fui a casa de Dark y Jimmy los cuales después del
tiempo transcurrido no me cuestionaron nada.
Dadas ya casi las 4 de la madrugada me dirigí
exhausto a casa y sin resultados… *¿Dónde estás?* No dejaba una y otra vez de preguntarme con
la angustia tragando la calma dentro de mí.
Regresé a mi casa. Caminé por los pasillos,
del edificio, sosteniéndome de la pared a causa del cansancio y al doblar al
pasillo que dirigía a mi departamento, allí estaba él… Al pie de mi puerta,
acurrucado en el suelo, me quite mi chamarra y corrí a cubrirlo, al sentirme
despertó…
-¿Por qué estás en la calle tan noche?
Me lo dijo con voz ronca mientras tallaba sus
soñolientos ojos. Entramos al departamento, yo lo sostenía por los hombros de
manera que no fuese a tropezar con algún mueble. Al intentar encender la luz
sujetó mi mano:
-No… no la enciendas…solo abre las cortinas
para que la claridad de la noche entre por
el balcón.
Lo tenía tan pegado a mi cuerpo, tan
necesitado de cariño, me sujetaba la mano, sin embargo… debía de contenerme.
Estuvimos unos minutos sin decir palabra, él
permanecía de pie cerca de la puerta y al no poderse reprimir más gritó una
grosería (que jamás le había escuchado) pateo una vitrina que tenía a la
entrada, logrando romper los cristales y parte de lo que en ella guardaba. Me
apresuré a abrazarle para impedir un segundo impacto y que resultase herido.
Me abrazó fuertemente y comenzó a llorar
desesperado, mientras maldecía los problemas que acababan con la banda, las
traiciones de los que se decían sus “amigos” y lo que mas me dolía era que
decía despreciarse a si mismo.
-Escúchame Kastronovo…- Le dije con
determinación- lo que te voy a decir es realmente sincero. Se que de tu parte
no puede ser pero yo… yo quiero que tú lo sepas para que pueda estar tranquilo
sabiendo que te lo he dicho.
Me espere unos segundos para retomar el
aliento…nos encontrábamos sentados en el suelo, lo tenia acurrucado entre mis
piernas y mis brazos con su cabeza escuchando los sonidos inquietos de mi
corazón.
Levanto su rostro limpiando sin lágrimas.
-Néstor…eres un gran amigo y antes de que me
lo digas quiero que sepas que ya comprobé que tu no…
Cubrí su boca puesto que sabía lo que diría y
lo que menos deseaba era retomar ese tema.
-Olvida eso y escúchame… - Sí, había llegado
el momento de que lo supiera, se volvió a acomodar en mi pecho, lo abracé mas
y… - Desde el día en que te conocí te
tomé aprecio, y no me explico cómo ni por qué, pero el sentimiento y
pensamientos por tu persona fueron en aumento y comenzaron a salirse de control
hasta secuestrar mi corazón…
Sentí un leve movimiento…aun seguía junto a mi
cuerpo eso me daba lugar y oportunidad para continuar tratando de usar las
palabras más adecuadas a esa situación.
-Soy un hombre, lo sé, pero también se que mi corazón no tiene sexo
y por lo tanto no distingue de quien se enamora, mi corazón te ha elegido, se
ha enamorado… TE AMO.
Incliné la mirada para verle pero noté que se había
quedado dormido y lo abracé meciéndolo mientras que el que lloraba era yo.
-¡Estúpido! Por qué te duermes si me costó
mucho decirte esto, por qué no te das cuenta que me traes loco y que sólo
pienso hasta el desequilibrio en ti…
Lo llevé a mi cama y me puse a limpiar el
desastre que tenía por falta de aseo desde hace unos días, terminé como a las
10:00 a.m. y me fui a dormir junto a él después de cerrar bien las cortinas y
la puerta para dar una oscuridad artificial a la estancia y dormir lo que
restaba del día.
Continuará...